Cadaver exquisito (cuentos cortos)

Había dos especies sin cabeza.
El más bajito medía ochenta por ocho.
Nunca antes habían tomado cartas en este escabroso asunto.
Pero nadie supo lo pelado que podía ser cada vez que se pelaba.

Por cuestiones personales explotó en una peluquería y todos se ofuscaron al descubrir que él

Había dos especies sin cabeza.
El más bajito medía ochenta por ocho.
Nunca antes habían tomado cartas en este escabroso asunto.
Pero nadie supo lo pelado que podía ser cada vez que se pelaba.

Por cuestiones personales explotó en una peluquería y todos se ofuscaron al descubrir que él no

Había dos especies sin cabeza.
El más bajito medía ochenta por ocho.
Nunca antes habían tomado cartas en este escabroso asunto.
Pero nadie supo lo pelado que podía ser cada vez que se pelaba.

Por cuestiones personales explotó en una peluquería y todos se ofuscaron al descubrir que él no era

Había dos especies sin cabeza.
El más bajito medía ochenta por ocho.
Nunca antes habían tomado cartas en este escabroso asunto.
Pero nadie supo lo pelado que podía ser cada vez que se pelaba.

Por cuestiones personales explotó en una peluquería y todos se ofuscaron al descubrir que él no era quien

Había dos especies sin cabeza.
El más bajito medía ochenta por ocho.
Nunca antes habían tomado cartas en este escabroso asunto.
Pero nadie supo lo pelado que podía ser cada vez que se pelaba.

Por cuestiones personales, explotó en una peluquería
y todos se ofuscaron al descubrir que él no era quien pensaban.

Había dos especies sin cabeza.
El más bajito medía ochenta por ocho.
Nunca antes habían tomado cartas en este escabroso asunto.
Pero nadie supo lo pelado que podía ser cada vez que se pelaba.

Por cuestiones personales, explotó en una peluquería
y todos se ofuscaron al descubrir que él no era quien pensaban.

No!

Había dos especies sin cabeza.
El más bajito medía ochenta por ocho.
Nunca antes habían tomado cartas en este escabroso asunto.
Pero nadie supo lo pelado que podía ser cada vez que se pelaba.

Por cuestiones personales, explotó en una peluquería
y todos se ofuscaron al descubrir que él no era quien pensaban.

No! Nadie

Había dos especies sin cabeza.
El más bajito medía ochenta por ocho.
Nunca antes habían tomado cartas en este escabroso asunto.
Pero nadie supo lo pelado que podía ser cada vez que se pelaba.

Por cuestiones personales, explotó en una peluquería
y todos se ofuscaron al descubrir que él no era quien pensaban.

No! Nadie en

Había dos especies sin cabeza.
El más bajito medía ochenta por ocho.
Nunca antes habían tomado cartas en este escabroso asunto.
Pero nadie supo lo pelado que podía ser cada vez que se pelaba.

Por cuestiones personales, explotó en una peluquería
y todos se ofuscaron al descubrir que él no era quien pensaban.

No! Nadie en el

Había dos especies sin cabeza.
El más bajito medía ochenta por ocho.
Nunca antes habían tomado cartas en este escabroso asunto.
Pero nadie supo lo pelado que podía ser cada vez que se pelaba.

Por cuestiones personales, explotó en una peluquería
y todos se ofuscaron al descubrir que él no era quien pensaban.

No! Nadie en el espacio

Había dos especies sin cabeza.
El más bajito medía ochenta por ocho.
Nunca antes habían tomado cartas en este escabroso asunto.
Pero nadie supo lo pelado que podía ser cada vez que se pelaba.

Por cuestiones personales, explotó en una peluquería
y todos se ofuscaron al descubrir que él no era quien pensaban.

No! Nadie en el espacio creería

Había dos especies sin cabeza.
El más bajito medía ochenta por ocho.
Nunca antes habían tomado cartas en este escabroso asunto.
Pero nadie supo lo pelado que podía ser cada vez que se pelaba.

Por cuestiones personales, explotó en una peluquería
y todos se ofuscaron al descubrir que él no era quien pensaban.

No! Nadie en el espacio creería que

Había dos especies sin cabeza.
El más bajito medía ochenta por ocho.
Nunca antes habían tomado cartas en este escabroso asunto.
Pero nadie supo lo pelado que podía ser cada vez que se pelaba.

Por cuestiones personales, explotó en una peluquería
y todos se ofuscaron al descubrir que él no era quien pensaban.

No! Nadie en el espacio creería que le

Había dos especies sin cabeza.
El más bajito medía ochenta por ocho.
Nunca
antes habían tomado cartas en este escabroso asunto.
Pero nadie supo
lo pelado que podía ser cada vez que se pelaba.

Por cuestiones
personales, explotó en una peluquería
y todos se ofuscaron al
descubrir que él no era quien pensaban.

No! Nadie en el espacio
creería que le afloró

Había dos especies sin cabeza.
El más bajito medía ochenta por ocho.
Nunca antes habían tomado cartas en este escabroso asunto.
Pero nadie supo lo pelado que podía ser cada vez que se pelaba.

Por cuestiones personales, explotó en una peluquería
y todos se ofuscaron al descubrir que él no era quien pensaban.

No! Nadie en el espacio creería que le afloró esa

Había dos especies sin cabeza.
El más bajito medía ochenta por ocho.
Nunca antes habían tomado cartas en este escabroso asunto.
Pero nadie supo lo pelado que podía ser cada vez que se pelaba.

Por cuestiones personales, explotó en una peluquería
y todos se ofuscaron al descubrir que él no era quien pensaban.

No! Nadie en el espacio creería que le afloró esa madrugada..

Había dos especies sin cabeza.
El más bajito medía ochenta por ocho.
Nunca antes habían tomado cartas en este escabroso asunto.
Pero nadie supo lo pelado que podía ser cada vez que se pelaba.

Por cuestiones personales, explotó en una peluquería
y todos se ofuscaron al descubrir que él no era quien pensaban.

No! Nadie en el espacio creería que le afloró esa madrugada.
Una

Había dos especies sin cabeza.
El más bajito medía ochenta por ocho.
Nunca antes habían tomado cartas en este escabroso asunto.
Pero nadie supo lo pelado que podía ser cada vez que se pelaba.

Por cuestiones personales, explotó en una peluquería
y todos se ofuscaron al descubrir que él no era quien pensaban.

No! Nadie en el espacio creería que le afloró esa madrugada.
Una mezcla

Había dos especies sin cabeza.
El más bajito medía ochenta por ocho.
Nunca
antes habían tomado cartas en este escabroso asunto.
Pero nadie supo
lo pelado que podía ser cada vez que se pelaba.

Por cuestiones
personales, explotó en una peluquería
y todos se ofuscaron al
descubrir que él no era quien pensaban.

No! Nadie en el espacio
creería que le afloró esa madrugada.
Una mezcla justa

Había dos especies sin cabeza.
El más bajito medía ochenta por ocho.
Nunca antes habían tomado cartas en este escabroso asunto.
Pero nadie supo lo pelado que podía ser cada vez que se pelaba.

Por cuestiones personales, explotó en una peluquería
y todos se ofuscaron al descubrir que él no era quien pensaban.

No! Nadie en el espacio creería que le afloró esa madrugada.
Una mezcla justa sin

Había dos especies sin cabeza.
El más bajito medía ochenta por ocho.
Nunca antes habían tomado cartas en este escabroso asunto.
Pero nadie supo lo pelado que podía ser cada vez que se pelaba.

Por cuestiones personales, explotó en una peluquería
y todos se ofuscaron al descubrir que él no era quien pensaban.

No! Nadie en el espacio creería que le afloró esa madrugada.
Una mezcla justa sin ningún

Había dos especies sin cabeza.
El más bajito medía ochenta por ocho.
Nunca antes habían tomado cartas en este escabroso asunto.
Pero nadie supo lo pelado que podía ser cada vez que se pelaba.

Por cuestiones personales, explotó en una peluquería
y todos se ofuscaron al descubrir que él no era quien pensaban.

No! Nadie en el espacio creería que le afloró esa madrugada.
Una mezcla justa sin ningún ingrediente

Había dos especies sin cabeza.
El más bajito medía ochenta por ocho.
Nunca
antes habían tomado cartas en este escabroso asunto.
Pero nadie supo
lo pelado que podía ser cada vez que se pelaba.

Por cuestiones
personales, explotó en una peluquería
y todos se ofuscaron al
descubrir que él no era quien pensaban.

No! Nadie en el espacio
creería que le afloró esa madrugada.
Una mezcla justa sin ningún
ingrediente especial

Había dos especies sin cabeza.
El más bajito medía ochenta por ocho.
Nunca antes habían tomado cartas en este escabroso asunto.
Pero nadie supo lo pelado que podía ser cada vez que se pelaba.

Por cuestiones personales, explotó en una peluquería
y todos se ofuscaron al descubrir que él no era quien pensaban.

No! Nadie en el espacio creería que le afloró esa madrugada.
Una mezcla justa sin ningún ingrediente especial pero

Había dos especies sin cabeza.
El más bajito medía ochenta por ocho.
Nunca antes habían tomado cartas en este escabroso asunto.
Pero nadie supo lo pelado que podía ser cada vez que se pelaba.

Por cuestiones personales, explotó en una peluquería
y todos se ofuscaron al descubrir que él no era quien pensaban.

No! Nadie en el espacio creería que le afloró esa madrugada.
Una mezcla justa sin ningún ingrediente especial pero con

Había dos especies sin cabeza.
El más bajito medía ochenta por ocho.
Nunca antes habían tomado cartas en este escabroso asunto.
Pero nadie supo lo pelado que podía ser cada vez que se pelaba.

Por cuestiones personales, explotó en una peluquería
y todos se ofuscaron al descubrir que él no era quien pensaban.

No! Nadie en el espacio creería que le afloró esa madrugada.
Una mezcla justa sin ningún ingrediente especial pero con mucha