Cadaver exquisito (cuentos cortos)

Había dos especies sin cabeza.
El más bajito medía ochenta por ocho.
Nunca antes habían tomado cartas en este escabroso asunto.
Pero nadie supo lo pelado que podía ser cada vez que se pelaba.

Por cuestiones personales, explotó en una peluquería
y todos se ofuscaron al descubrir que él no era quien pensaban.

No! Nadie en el espacio creería que le afloró esa madrugada.
Una mezcla justa sin ningún ingrediente especial pero con mucha

Había dos especies sin cabeza.
El más bajito medía ochenta por ocho.
Nunca
antes habían tomado cartas en este escabroso asunto.
Pero nadie supo
lo pelado que podía ser cada vez que se pelaba.

Por cuestiones
personales, explotó en una peluquería
y todos se ofuscaron al
descubrir que él no era quien pensaban.

No! Nadie en el espacio
creería que le afloró esa madrugada.
Una mezcla justa sin ningún
ingrediente especial pero con mucha textura

Había dos especies sin cabeza.
El más bajito medía ochenta por ocho.
Nunca
antes habían tomado cartas en este escabroso asunto.
Pero nadie supo
lo pelado que podía ser cada vez que se pelaba.

Por cuestiones
personales, explotó en una peluquería
y todos se ofuscaron al
descubrir que él no era quien pensaban.

No! Nadie en el espacio
creería que le afloró esa madrugada.
Una mezcla justa sin ningún
ingrediente especial pero con mucha textura

Basta!

Había dos especies sin cabeza.
El más bajito medía ochenta por ocho.
Nunca
antes
habían tomado cartas en este escabroso asunto.
Pero nadie supo
lo
pelado que podía ser cada vez que se pelaba.

Por cuestiones
personales,
explotó en una peluquería
y todos se ofuscaron al
descubrir que
él no era quien pensaban.

No! Nadie en el espacio
creería que
le afloró esa madrugada.
Una mezcla justa sin ningún
ingrediente
especial pero con mucha textura

Basta! -dije.

Había dos especies sin cabeza.
El más bajito medía ochenta por ocho.
Nunca antes habían tomado cartas en este escabroso asunto.
Pero nadie supo lo pelado que podía ser cada vez que se pelaba.

Por cuestiones personales, explotó en una peluquería
y todos se ofuscaron al descubrir que él no era quien pensaban.

No! Nadie en el espacio creería que le afloró esa madrugada.
Una mezcla justa sin ningún ingrediente especial pero con mucha textura

Basta! -dije con

Había dos especies sin cabeza.
El más bajito medía ochenta por ocho.
Nunca antes habían tomado cartas en este escabroso asunto.
Pero nadie supo lo pelado que podía ser cada vez que se pelaba.

Por cuestiones personales, explotó en una peluquería
y todos se ofuscaron al descubrir que él no era quien pensaban.

No! Nadie en el espacio creería que le afloró esa madrugada.
Una mezcla justa sin ningún ingrediente especial pero con mucha textura

Basta! -dije con firmeza

Había dos especies sin cabeza.
El más bajito medía ochenta por ocho.
Nunca antes habían tomado cartas en este escabroso asunto.
Pero nadie supo lo pelado que podía ser cada vez que se pelaba.

Por cuestiones personales, explotó en una peluquería
y todos se ofuscaron al descubrir que él no era quien pensaban.

No! Nadie en el espacio creería que le afloró esa madrugada.
Una mezcla justa sin ningún ingrediente especial pero con mucha textura

Basta! -dije con firmeza. Pero

Había dos especies sin cabeza.
El más bajito medía ochenta por ocho.
Nunca antes habían tomado cartas en este escabroso asunto.
Pero nadie supo lo pelado que podía ser cada vez que se pelaba.

Por cuestiones personales, explotó en una peluquería
y todos se ofuscaron al descubrir que él no era quien pensaban.

No! Nadie en el espacio creería que le afloró esa madrugada.
Una mezcla justa sin ningún ingrediente especial pero con mucha textura

Basta! -dije con firmeza. Pero no

Había dos especies sin cabeza.
El más bajito medía ochenta por ocho.
Nunca antes habían tomado cartas en este escabroso asunto.
Pero nadie supo lo pelado que podía ser cada vez que se pelaba.

Por cuestiones personales, explotó en una peluquería
y todos se ofuscaron al descubrir que él no era quien pensaban.

No! Nadie en el espacio creería que le afloró esa madrugada.
Una mezcla justa sin ningún ingrediente especial pero con mucha textura.

Basta! -dije con firmeza. Pero no logré

Había dos especies sin cabeza.
El más bajito medía ochenta por ocho.
Nunca antes habían tomado cartas en este escabroso asunto.
Pero nadie supo lo pelado que podía ser cada vez que se pelaba.

Por cuestiones personales, explotó en una peluquería
y todos se ofuscaron al descubrir que él no era quien pensaban.

No! Nadie en el espacio creería que le afloró esa madrugada.
Una mezcla justa sin ningún ingrediente especial pero con mucha textura.

Basta! -dije con firmeza. Pero no logré convencerlos

Había dos especies sin cabeza.
El más bajito medía ochenta por ocho.
Nunca
antes habían tomado cartas en este escabroso asunto.
Pero nadie supo
lo pelado que podía ser cada vez que se pelaba.

Por cuestiones
personales, explotó en una peluquería
y todos se ofuscaron al
descubrir que él no era quien pensaban.

No! Nadie en el espacio
creería que le afloró esa madrugada.
Una mezcla justa sin ningún
ingrediente especial pero con mucha textura.

-Basta! -dije con
firmeza. Pero no logré convencerlos- ¿Cómo

Había dos especies sin cabeza.
El más bajito medía ochenta por ocho.
Nunca antes habían tomado cartas en este escabroso asunto.
Pero nadie supo lo pelado que podía ser cada vez que se pelaba.

Por cuestiones personales, explotó en una peluquería
y todos se ofuscaron al descubrir que él no era quien pensaban.

No! Nadie en el espacio creería que le afloró esa madrugada.
Una mezcla justa sin ningún ingrediente especial pero con mucha textura.

-Basta! -dije con firmeza. Pero no logré convencerlos- ¿Cómo puede

Había dos especies sin cabeza.
El más bajito medía ochenta por ocho.
Nunca antes habían tomado cartas en este escabroso asunto.
Pero nadie supo lo pelado que podía ser cada vez que se pelaba.

Por cuestiones personales, explotó en una peluquería
y todos se ofuscaron al descubrir que él no era quien pensaban.

No! Nadie en el espacio creería que le afloró esa madrugada.
Una mezcla justa sin ningún ingrediente especial pero con mucha textura.

-Basta! -dije con firmeza. Pero no logré convencerlos- ¿Cómo puede ser

Había dos especies sin cabeza.
El más bajito medía ochenta por ocho.
Nunca antes habían tomado cartas en este escabroso asunto.
Pero nadie supo lo pelado que podía ser cada vez que se pelaba.

Por cuestiones personales, explotó en una peluquería
y todos se ofuscaron al descubrir que él no era quien pensaban.

No! Nadie en el espacio creería que le afloró esa madrugada.
Una mezcla justa sin ningún ingrediente especial pero con mucha textura.

-Basta! -dije con firmeza. Pero no logré convencerlos- ¿Cómo puede ser que

Había dos especies sin cabeza.
El más bajito medía ochenta por ocho.
Nunca antes habían tomado cartas en este escabroso asunto.
Pero nadie supo lo pelado que podía ser cada vez que se pelaba.

Por cuestiones personales, explotó en una peluquería
y todos se ofuscaron al descubrir que él no era quien pensaban.

No! Nadie en el espacio creería que le afloró esa madrugada.
Una mezcla justa sin ningún ingrediente especial pero con mucha textura.

-Basta! -dije con firmeza. Pero no logré convencerlos- ¿Cómo puede ser que ninguna

Había dos especies sin cabeza.
El más bajito medía ochenta por ocho.
Nunca antes habían tomado cartas en este escabroso asunto.
Pero nadie supo lo pelado que podía ser cada vez que se pelaba.

Por cuestiones personales, explotó en una peluquería
y todos se ofuscaron al descubrir que él no era quien pensaban.

No! Nadie en el espacio creería que le afloró esa madrugada.
Una mezcla justa sin ningún ingrediente especial pero con mucha textura.

-Basta! -dije con firmeza. Pero no logré convencerlos- ¿Cómo puede ser que ninguna tortilla

Había dos especies sin cabeza.
El más bajito medía ochenta por ocho.
Nunca antes habían tomado cartas en este escabroso asunto.
Pero nadie supo lo pelado que podía ser cada vez que se pelaba.

Por cuestiones personales, explotó en una peluquería
y todos se ofuscaron al descubrir que él no era quien pensaban.

No! Nadie en el espacio creería que le afloró esa madrugada.
Una mezcla justa sin ningún ingrediente especial pero con mucha textura.

-Basta! -dije con firmeza. Pero no logré convencerlos- ¿Cómo puede ser que ninguna tortilla digna

Había dos especies sin cabeza.
El más bajito medía ochenta por ocho.
Nunca antes habían tomado cartas en este escabroso asunto.
Pero nadie supo lo pelado que podía ser cada vez que se pelaba.

Por cuestiones personales, explotó en una peluquería
y todos se ofuscaron al descubrir que él no era quien pensaban.

No! Nadie en el espacio creería que le afloró esa madrugada.
Una mezcla justa sin ningún ingrediente especial pero con mucha textura.

-Basta! -dije con firmeza. Pero no logré convencerlos- ¿Cómo puede ser que ninguna tortilla digna de

Había dos especies sin cabeza.
El más bajito medía ochenta por ocho.
Nunca antes habían tomado cartas en este escabroso asunto.
Pero nadie supo lo pelado que podía ser cada vez que se pelaba.

Por cuestiones personales, explotó en una peluquería
y todos se ofuscaron al descubrir que él no era quien pensaban.

No! Nadie en el espacio creería que le afloró esa madrugada.
Una mezcla justa sin ningún ingrediente especial pero con mucha textura.

-Basta! -dije con firmeza. Pero no logré convencerlos- ¿Cómo puede ser que ninguna tortilla digna de ser

Había dos especies sin cabeza.
El más bajito medía ochenta por ocho.
Nunca antes habían tomado cartas en este escabroso asunto.
Pero nadie supo lo pelado que podía ser cada vez que se pelaba.

Por cuestiones personales, explotó en una peluquería
y todos se ofuscaron al descubrir que él no era quien pensaban.

No! Nadie en el espacio creería que le afloró esa madrugada.
Una mezcla justa sin ningún ingrediente especial pero con mucha textura.

-Basta! -dije con firmeza. Pero no logré convencerlos- ¿Cómo puede ser que ninguna tortilla digna de ser degustada

Había dos especies sin cabeza.
El más bajito medía ochenta por ocho.
Nunca antes habían tomado cartas en este escabroso asunto.
Pero nadie supo lo pelado que podía ser cada vez que se pelaba.

Por cuestiones personales, explotó en una peluquería
y todos se ofuscaron al descubrir que él no era quien pensaban.

No! Nadie en el espacio creería que le afloró esa madrugada.
Una mezcla justa sin ningún ingrediente especial pero con mucha textura.

-Basta! -dije con firmeza. Pero no logré convencerlos- ¿Cómo puede ser que ninguna tortilla digna de ser degustada camine

Había dos especies sin cabeza.
El más bajito medía ochenta por ocho.
Nunca antes habían tomado cartas en este escabroso asunto.
Pero nadie supo lo pelado que podía ser cada vez que se pelaba.

Por cuestiones personales, explotó en una peluquería
y todos se ofuscaron al descubrir que él no era quien pensaban.

No! Nadie en el espacio creería que le afloró esa madrugada.
Una mezcla justa sin ningún ingrediente especial pero con mucha textura.

-Basta! -dije con firmeza. Pero no logré convencerlos- ¿Cómo puede ser que ninguna tortilla digna de ser degustada camine entre

Había dos especies sin cabeza.
El más bajito medía ochenta por ocho.
Nunca antes habían tomado cartas en este escabroso asunto.
Pero nadie supo lo pelado que podía ser cada vez que se pelaba.

Por cuestiones personales, explotó en una peluquería
y todos se ofuscaron al descubrir que él no era quien pensaban.

No! Nadie en el espacio creería que le afloró esa madrugada.
Una mezcla justa sin ningún ingrediente especial pero con mucha textura.

-Basta! -dije con firmeza. Pero no logré convencerlos- ¿Cómo puede ser que ninguna tortilla digna de ser degustada camine entre nosotros?

Había dos especies sin cabeza.
El más bajito medía ochenta por ocho.
Nunca antes habían tomado cartas en este escabroso asunto.
Pero nadie supo lo pelado que podía ser cada vez que se pelaba.

Por cuestiones personales, explotó en una peluquería
y todos se ofuscaron al descubrir que él no era quien pensaban.

No! Nadie en el espacio creería que le afloró esa madrugada.
Una mezcla justa sin ningún ingrediente especial pero con mucha textura.

-Basta! -dije con firmeza. Pero no logré convencerlos- ¿Cómo puede ser
que ninguna tortilla digna de ser degustada camine entre nosotros?

Aunque

Había dos especies sin cabeza.
El más bajito medía ochenta por ocho.
Nunca antes habían tomado cartas en este escabroso asunto.
Pero nadie supo lo pelado que podía ser cada vez que se pelaba.

Por cuestiones personales, explotó en una peluquería
y todos se ofuscaron al descubrir que él no era quien pensaban.

No! Nadie en el espacio creería que le afloró esa madrugada.
Una mezcla justa sin ningún ingrediente especial pero con mucha textura.

-Basta! -dije con firmeza. Pero no logré convencerlos- ¿Cómo puede ser
que ninguna tortilla digna de ser degustada camine entre nosotros?

Aunque nadie

Había dos especies sin cabeza.
El más bajito medía ochenta por ocho.
Nunca antes habían tomado cartas en este escabroso asunto.
Pero nadie supo lo pelado que podía ser cada vez que se pelaba.

Por cuestiones personales, explotó en una peluquería
y todos se ofuscaron al descubrir que él no era quien pensaban.

No! Nadie en el espacio creería que le afloró esa madrugada.
Una mezcla justa sin ningún ingrediente especial pero con mucha textura.

-Basta! -dije con firmeza. Pero no logré convencerlos- ¿Cómo puede ser
que ninguna tortilla digna de ser degustada camine entre nosotros?

Aunque nadie quiso